Reglas básicas para no dejarnos la piel en verano




La semana pasada estrenábamos estación. La época estival tiene sus clásicos en forma de playa, paella, sombrillas y cuerpos más bronceados. No nos vamos a engañar, el moreno sienta bien, pero la forma de conseguirlo debe de ser la adecuada, hay que cuidar la piel especialmente en esta época. El sol puede ser un gran aliado o convertirse en un enemigo que nos cause problemas a medio o largo plazo.
Para poner soluciones, Moisés Martín Anaya, cirujano estético, nos enumera una serie de consejos que pueden hacer del verano el perfecto aliado de nuestra piel:
Lo primero de todo, un cásico: tomar el sol, sí, con precaución, pero debemos evitar las horas centrales del día, es decir, entre las 11 y las 15 horas.
El factor de protección debe ser elegido de acuerdo con el tipo de piel. En general, se recomienda usar como mínimo uno con 30 de FPS. Además, deben aplicarse 30 a 45 minutos antes de iniciarse la exposición al sol, ya que son eliminados por el sudor y el agua, y cada 6 horas.
Respecto a la alimentación, debe moderarse el consumo de carnes y priorizarse el consumo de frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes como la A, C y E. Esta última es una de las más importantes para el cuidado de la piel, ya que previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al aumento del flujo sanguíneo de la piel. Está presente en aceites, frutos secos, en pescados y camarones y en vegetales como el brócoli, la espinaca, los espárragos, el tomate o la zanahoria. Y, por supuesto, también es recomendable beber mucha
Hay una serie de grupos que, según los estudios, tienen más propensión a padecer cáncer de piel padecer la enfermedad son: las de piel y ojos claros, quienes se exponen en forma prolongada al sol, los que durante la infancia han tenido episodios de quemaduras solares, quienes tienen historia personal o un familiar directo con cáncer de piel y las personas con muchos lunares.
Mantener la piel hidratada mediante cremas y aceites que permitan recuperar la humedad perdida, es muy importante. Lo imprescindible es que tengan propiedades hidratantes y emolientes, lo que permite recuperar el agua.
Después de bañarse en piscinas con cloro es recomendable darse una ducha para hidratar la piel. Se puede usar un jabón de PH normal o levemente ácido, que contribuyen a no contraer ninguna infección dermatológica.
Debemos de evitar la ropa que nos pueda causar alergias y los materiales que favorezcan la aparición de hongos. Lo más recomendable: la ropa ligera que cubra la mayor parte del cuerpo.
Además de seguir estas pautas los días en los que el sol brilla con fuerza, también hay que tenerlas en cuenta los días nublados porque los rayos del sol pasan a través de las nubes.
No hay que olvidar las horas de sueño son muy importantes: las células se producen y recuperan su fuerza cuando se duerme, ayudando a mantener la piel en buen estado.
Y por último, debido a la exposición al sol y a la acción de la sal y el cloro, es necesario un proceso diario de recuperación de la dermis, y podemos conseguirlo gracias a productos que contengan antioxidantes.